El PLAN DE PENSIONES es el principal producto a la hora de pensar en el ahorro para la jubilación. Tiene una alta flexibilidad en las aportaciones y abarca todos los perfiles de riesgo. Es ilíquido, es decir, no se puede recuperar en cualquier momento, sino sólo cuando nos jubilemos y en determinados supuestos.
Pero existen más alternativas con otras ventajas fiscales que se describen a continuación.
Planes de previsión asegurados
Con iguales ventajas e inconvenientes que el plan de pensiones (rebajan la base imponible por las aportaciones y tributan como rendimiento del trabajo), su rentabilidad está asegurada, en el momento de su contratación, como un fondo garantizado.
Otra diferencia es que los planes de pensiones están instrumentalizados en fondos de pensiones, mientras que los planes de previsión asegurados se integran en una póliza de seguros.
Fondos de inversión
Son una opción para ahorradores y personas que empiezan a ahorrar pronto.
Productos con total liquidez. Tributan como ganancia patrimonial y se pagan impuestos solo por los beneficios obtenidos. No hay ventaja fiscal en el momento de ir haciendo aportaciones, pero permiten cambiar de un producto a otro sin tributar por las plusvalías (ventaja en la adaptación de la inversión según cada momento del mercado).
Por otra parte se obtiene una ventaja fiscal por reinversión en renta vitalicia. Si el importe no se rescata y se traspasa a otro fondo, no habrá impacto fiscal alguno.
Los fondos de inversión son un complemento ideal a los planes de pensiones para acoger ese importe que no se puede aportar a éstos últimos por los límites establecidos en el reglamento (no se pueden aportar más de 8.000 euros anuales a planes de pensiones).
Planes ahorro 5
Los seguros individuales de ahorro a largo plazo (SIALP), conocidos como planes ahorro 5, tienen la estructura de un depósito o una cuenta corriente.
Su misma baja rentabilidad, que ronda el 0,10%, condicionada por unos tipos a cero.
El rendimiento del capital queda exento si el producto se mantiene durante al menos cinco años y siempre que el máximo aportado sean 5.000 euros anuales.
Plan Individual de Ahorro Sistemático
Los Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS) son similares a los planes de ahorro 5: mínima rentabilidad y atractivo fiscal. Igualmente, la ganancia queda exenta si se mantiene durante al menos 5 años. El capital acumulado que dará lugar a las rentas vitalicias se constituye a través de aportaciones periódicas (primas).
Se pueden rescatar en cualquier momento. Tributa como ahorro y puede eximir de tributación hasta el 92% de la renta percibida en función de la edad del titular (siempre que hayan pasado los 5 años).
No se tributa en el momento en el que se constituye la renta vitalicia, ni por lo que se aporte o se gane, sino cuando esta se empieza a cobrar, y solo tributaremos por la rentabilidad que genere esa renta vitalicia.
Las primas anuales no deben superar los 8.000 euros y que nuestras aportaciones totales no superen los 240.000 euros.
Inversión directa en acciones
Dado a la volatilidad del mercado, la inversión en acciones es una opción arriesgada. Para canalizar este riesgo se puede optar por las empresas conocidas como “blue chips”. Son empresas de gran capitalización y con negocios estables y recurrentes y que aportar grandes rentabilidades.
La fiscalidad en este caso es la misma que los Fondos de inversión, en el momento de vender las acciones solo se paga por el beneficio y al tipo impositivo de los ahorros. No hay ventajas fiscales en el momento de hacer las compras de acciones.
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